Los años van pasando y el mundo no reacciona ante tantos escándalos en la iglesia romana, la secta más grande en la historia de la Iglesia Católica. En 1978 la iglesia romana se separó de la Iglesia Católica de siempre aceptando al antipapa Juan Pablo I como jefe de su secta. Se llama secta porque se separó de la raíz. Cristo en el Calvario fundó la Iglesia Cristiana y el primer jefe era San Pedro Apóstol. El Papa número 263 era San Pablo VI. Ahora, al morir él, Cristo se hizo visible al Obispo, Padre Fernando, (Clemente Domínguez y Gómez) y de forma visible le confirió el Papado y él en este momento se convirtió en el Papa número 264. Por lo tanto, los que seguían al Padre Fernando seguían al Papa verdadero, y los que seguían a Juan Pablo I cayeron en apostasía por seguir al antipapa. Que muchos no se dieran cuenta, no les quita la desgracia de caer en apostasía. Igual si en la Iglesia Católica Palmariana una familia apostata, los hijos caen en apostasía al seguir el camino de los padres.
Nadie quiere pertenecer a una secta, por eso todos los católicos romanos deben salir de esa secta y prepararse para entrar en la Iglesia Verdadera bajo el cayado de Su Santidad el Papa Pedro III. Como han pasado muchos años desde la apostasía de Roma y sus miembros han caído en hábitos terribles, la preparación puede ser bastante larga. Ahora mismo, permitimos a las personas entrar en la Iglesia después de aproximadamente un año porque vivimos en tiempos muy especiales, pero más adelante esto puede ser mucho más debido a que los hábitos tan malos adquiridos en la secta de Roma han hecho un daño enorme a sus almas. Hay que tomar en cuenta que es muy difícil cambiar un hábito. Por eso se dice que es difícil enseñar a un perro viejo nuevos juegos.
Por ejemplo, un palmariano reza mucho, y los que nacen en la Iglesia van formando el buen hábito de rezar y no les cuesta mucho esfuerzo rezar el Rosario Penitencial. Los jóvenes de hoy día gastan mucho tiempo con malos hábitos que les tienen enviciados, como es la música moderna, las redes sociales, etc. Hoy día los jóvenes han sido manipulados y les han sido enseñadas muchas falsedades en las escuelas. Personajes que eran muy buenos, hoy les enseñan que eran malos. Personajes malos se enseña ahora que eran buenos. Todo esto hay que rectificar. Cristóbal Colón era un hombre bueno, piadoso y deseó la evangelización de las Américas. En cambio, en las escuelas se le tiene como hombre malo. Simón Bolívar es un gran héroe para muchas personas, cuando en realidad hizo el trabajo de Satanás y causó la separación de muchos países del Reino de España Católica. Muchos cuando quieran entrar en la Iglesia encontrarán que su vida cambiará casi cien por cien. A lo mejor unos no tendrán apenas nada de ropa aceptable para entrar en la Iglesia. Tendrán que eliminar videos feos para mirar videos decentes aprobados por la Iglesia. En muchos casos tendrán que eliminar su música y cambiar toda su forma de vida.
Estamos viviendo un momento tremendo en el mundo cuando hay cambios radicales entrando en escena. Hasta en los baños públicos se están colocando señales extrañas: antes era simplemente hombres y mujeres. Ahora están colocando señales como: para personas que tienen identificación de hombres, y el otro baño para personas que tienen identificación de mujeres. Y esto es en los aeropuertos. Ahora las minorías pequeñísimas mandan. ¿Qué nos espera en el futuro? Se deben condenar todos estos aberrantes cambios. Pero no, somos hermanos dirán. Hermanos en Satanás será, pero no hermanos en Cristo. Para ser hermano en Cristo hay que seguir las enseñanzas del Evangelio Palmariano. La Santa Biblia Palmariana es la guía más fiable que uno puede seguir. Se puede leer en nuestra página web, en la Biblioteca Palmariana.
Nos hacen reír los comentarios que se hacen de la Santa Iglesia Palmariana en las redes sociales. Son en muchos casos escritos en momentos de gran sorpresa, cuando la gente encuentra esta Iglesia Santa por primera vez. Esperamos que el bien tendrá tanto éxito como ha tenido el mal. Por ejemplo, para que las personas se acostumbren a algo, tienen que verlo muchas veces. Así muchas leyes muy malas han entrado en la sociedad. Se nota que están colocando asquerosos videos y fotografías de niños besándose para acostumbrarnos a todos a eso, para que un día no muy lejano sea normal que niños de 7 u 8 años estén andando juntos como novios. Por eso, la mano dura de Cristo no tardará en dar un golpe contra los perversos de este mundo. Con la reciente epidemia de Covid, tantos lugares de pecado quedaron cerrados por esta enfermedad que mató a millones. Cristo puede, cuando quiere, imponer su voluntad sobre la humanidad. Su voluntad es que Su Santidad el Papa Pedro III sea conocido y aceptado como el Papa Verdadero. Parece imposible pero no es inadmisible. Por eso, a Cristo le interesa mucho el apostolado que la Iglesia Palmariana está haciendo estos últimos años en internet. Antes no quiso. Ahora quiere, porque tiene la intención de humillar a los soberbios y exaltar a los humildes. Roma y muchos de sus seguidores están infectados por la soberbia y la Iglesia Católica Palmariana sigue siendo humillada por las masas. Y cuando todos menos lo esperen, el único Papa sobre la Tierra, el Papa Pedro III, será señalado por el Cielo como Verdadero Vicario de Cristo.
La Santa Doctrina de la Iglesia Católica Palmariana es claramente una prueba de que esta es la Iglesia Verdadera de Cristo. Es la doctrina tradicional sublimada por el Espíritu Santo. La pérdida de la noción de pecado es un problema grande. Por ejemplo: Siempre vivir en concubinato fue considerado un pecado gravísimo y un gran escándalo. Hoy día, apenas nadie se molesta con eso. ¿Quién se equivocó? ¿Los buenos católicos del pasado o los católicos modernos que a la vista han perdido la noción del pecado? Vamos a dar consideración de lo que es la consciencia del hombre. Lee esto muy atentamente: En el mismo instante de la creación del alma de cada nuevo ser humano se recibe la capacidad de discernir rectamente entre el bien y el mal. La conciencia humana es siempre buena. La conciencia es la Voz de Dios que nos da a conocer lo que es bueno y lo que es malo, y que nos manda seguir el camino del bien para que nosotros, libremente, correspondamos a su voz. Así puede discernir rectamente entre la verdad y la mentira; de manera que el hombre, conociendo así el bien, pueda hacerlo; y conociendo así el mal, pueda evitarlo; y en definitiva, pueda decidirse libremente por la virtud. Y por mucho que el hombre se embrutezca con sus pecados, siempre tendrá la conciencia para ver lo que es bueno y lo que es malo; de manera que todos sus actos intencionadamente malos, los hará traicionando su conciencia. La conciencia del hombre, además de iluminar la razón humana, para que discierna rectamente entre el bien y el mal, y así conozca el camino de la virtud, tiene también como misión la de inquietar espiritualmente al alma con remordimientos cuando traiciona la verdad obrando el mal.
Ningún hombre, pues, ante Dios, puede alegar inculpabilidad de sus pecados con el pretexto de que no ha podido distinguir el bien del mal; pues, la conciencia siempre le está diferenciando, al menos en lo fundamental, lo bueno y lo malo; y advirtiéndole que ha de obrar ese bien y ha de evitar ese mal. Por consiguiente, no existe la amoralidad; o sea, ese falaz y pretendido estado de conciencia incapaz de distinguir el bien del mal.
Contra la buena conciencia, está la conciencia mala que cada uno recibe cuando es creado. La misma oscurece en el alma la luz natural que ilumina la razón o conciencia humana, con el fin de obstaculizar el recto discernimiento de lo que es bueno y lo que es malo; pues, dicha luz infernal, sin que prive para nada al hombre de su libertad, impele al entendimiento a que juzgue en desacuerdo a los preceptos de la Buena Moral. Esa luz natural mala, infundida por Satanás en el hombre, es la falsa conciencia o conciencia moral mala humana.
También existe la conciencia mala que es la voz de Satanás, que trata de confundirnos en el discernimiento entre lo que es bueno y lo que es malo, y que nos impele a seguir el camino del mal. La misión de la conciencia mala es, pues, oscurecer la conciencia buena en su recto juicio sobre la verdad y la mentira, para confundir al hombre e impelerle a que, en el uso de su libertad, realice actos malos en contra de su buena conciencia. Y como no siempre Satanás consigue que el hombre deliberadamente actúe contra el testimonio de su buena conciencia, emplea otros múltiples medios para viciar en el entendimiento humano los dictámenes o juicios morales buenos: Unas veces, infundiéndole dudas acerca de la verdad y el error; otras, creando confusión para que vea lo malo como bueno y lo bueno como malo; otras, atemorizándole con escrúpulos, o conduciéndole a la relajación o viciándole con ideas farisaicas, etc. Y todo con el fin de arraigar en el hombre la costumbre de pecar, hasta que éste ya no conceda importancia alguna al pecado, o considere que cualquier vicio es lícito por parecerle inevitable; e incluso se alardee de su mala conducta.
