¿Quiénes Somos? – Iglesia Catolica Palmariana

Iglesia, Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana
o Iglesia Cristiana Palmariana

¿Quiénes somos?

Esta pregunta es fácil de contestar. Somos seguidores de la Santísima Virgen María. A Ella nos entregamos con todo nuestro ser. Es común entre los palmarianos amar intensamente a la Santísima Virgen María. Este es un punto donde no se admite discusión alguna. El que no quiere amar y servir a la Madre de Dios, no se interesará en ser miembro de la Iglesia Palmariana. Nuestro amor es interno y externo hacia Nuestra Madre Celestial. Nuestro amor interior se manifiesta con la gran confianza que los palmarianos le tenemos y en nuestra profunda gratitud por los muchos milagros, grandes y pequeños, que Ella realiza continuamente para sus hijos fieles dentro de la Iglesia Palmariana. Nuestro amor externo se refleja principalmente en las bellas imágenes, de devoción profundísima, ricamente adornadas, estampas y escritos que inspiran una profunda devoción mariana, bordados hermosos que se realizan sin cesar en la Iglesia Palmariana. Se cuentan entre los himnos palmarianos, gran cantidad de ellos dirigidos a Nuestra Excelsa y siempre Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra; himnos dotados de plena hermosura que elevan nuestra alma al mismo nivel que los Serafines en los Coros Celestiales, cantando glorias y alabanzas al Dios Uno y Trino en acción de gracias por ser hijos de una Madre tan tierna y dulce como María.

La misión de la Santísima Virgen María es llevarnos a Su Divino Hijo, Jesucristo, y a amar a toda la Beatísima Trinidad. Ella es el camino al Cielo y en la Iglesia Palmariana se toma muy en serio lo que Ella ha predicado en sus Apariciones en distintas partes del mundo, destacándose entre todas ellas la necesidad de hacer oración y penitencia y que esto se cumpla en la Iglesia Palmariana.

Hasta el 6 de agosto 1978, la Santísima Virgen María conducía a sus muchos fieles dentro de la Iglesia Católica Apostólica Romana, como lo había hecho durante casi 20 siglos. Debido a la apostasía de la Iglesia en Roma, Nuestro Señor Jesucristo se desprendió de Roma tras la muerte del Papa San Pablo VI y acto seguido, Nuestro Señor transfirió directamente las Llaves de San Pedro en la persona del Papa San Gregorio XVII, Magnísimo. De este modo, la Verdadera Iglesia se trasladó al desierto de El Palmar de Troya, conservando las tradiciones y ritos que la Iglesia Católica se encargó de enseñar por siglos.

En el transcurso de diez años, la Corte Celestial se manifestó copiosamente en el Sagrado Lentisco del Palmar, fortaleciendo, aconsejando y preparando espiritualmente a sus hijos predilectos, para de este modo, trasladar a su tiempo la Santa Sede del Vaticano a El Palmar de Troya, concretamente al Sagrado recinto del Lentisco. Durante nueve años, Cristo preparó a ciertas personas para que fuesen la continuación de la Obra que Nuestro Señor había instaurado hacía casi veinte siglos atrás. Dos de estas personas, serían luego el Papa Gregorio XVII y el Papa Pedro II.

Por la hermosura y piedad de su Culto Divino y por la santidad de muchos de sus miembros, la Iglesia, Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana merece ser estudiada y observada con el santo temor de Dios. A los que han blasfemado y difundido tantas mentiras y calumnias contra esta obra de Dios y contra las personas que forman parte de Ella, decimos que de Dios nadie se burla. ¡Que tiemblen los mentirosos y calumniadores! Sobre todo, aquellos que han publicado sus infamias en los medios de comunicación masivo; los autores de libros que ganan fama y dinero por escribir libros y documentos falsos, sin fundamento. No hay excusa alguna de dejarse llevar por personas aparentemente piadosas, cuando en el fondo son movidas por el mismo satanás para luchar denodadamente contra la Verdadera Iglesia de Cristo. Estos enemigos de Cristo han perdido la batalla de antemano, porque Cristo mantendrá incólume a Su Iglesia y no permitirá que las puertas del infierno prevalezcan contra Ella.

Notas de la verdadera Iglesia

1. La Iglesia de Cristo es Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana:

  • Es Una en la fe, porque la verdad revelada por Dios es la misma para todos; es Una en el gobierno, porque hay una sola Cabeza visible, que es el Papa; y es Una en los Sacramentos, porque son los mismos para todos los fieles de la Iglesia.
  • Es Santa, porque Santo es su Fundador, santa es su doctrina, santos son sus fines y muchos de sus miembros.
  • Es Católica, porque es universal, ya que abarca todas las verdades y es para todos los pueblos.
  • Es Apostólica, porque su jerarquía y doctrina vienen de los Apóstoles.
  • Es Palmariana, porque su Sede está ahora en El Palmar de Troya-Sevilla, España.

2. La verdadera Iglesia de Cristo es indefectible, invencible e indestructible, por la misma promesa de Su Divino Fundador «Las puertas del Infierno no prevalecerán contra Ella».

3. La verdadera Iglesia de Cristo se llama también «Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz», o «Iglesia Cristiana Palmariana», o «Iglesia Palmariana»; pues, en esencia, es exactamente igual que decir «Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana».

4. La Iglesia Palmariana es la única y auténtica Iglesia Cristiana, nombre que le viene de Cristo, su Divino Fundador.

5. El 6 de agosto de 1978, tras la muerte del Papa San Pablo VI, Nuestro Señor Jesucristo, acompañado de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, eligió y coronó al nuevo Papa, San Gregorio XVII Magnísimo. Desde este momento, la iglesia romana dejó de ser la verdadera Iglesia.

6. Por la apostasía de la iglesia romana, Cristo trasladó la Sede de su Iglesia desde Roma a El Palmar de Troya el 9 de agosto de 1978. Con la elección del Papa San Gregorio XVII Magnísimo, y el traslado de la Sede a El Palmar de Troya, la verdadera Iglesia de Cristo recibió el título de Palmariana.

7. El Espíritu Santo es el Alma de una sola Iglesia Verdadera; la cual es la Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana; fuera de Ella no es posible la habitabilidad del Divinísimo Paráclito en las almas.

8. Los miembros de la Iglesia Palmariana constituyen la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz en Compañía de Jesús y María, que consta de tres ramas: Religiosos, religiosas y fieles terciarios.

9. El día 30 de julio de 1982, el Papa San Gregorio XVII retiró todos los poderes a los obispos, presbíteros y diáconos que están fuera de la verdadera Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana. También retiró el carácter sagrado de todas las reliquias, imágenes, objetos de culto, altares, etc., de las iglesias apóstatas, heréticas y cismáticas. Además desapareció la presencia eucarística de Cristo y María en todos los sagrarios del mundo no pertenecientes a la Iglesia Palmariana.

10. Los obispos, presbíteros y diáconos que están fuera de la Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana, no tienen poder para ejercer válidamente acto alguno del ministerio sacerdotal.